sábado, 26 de enero de 2013

Plenilunio.

Hoy es domingo 27, luna de enero, luna vieja la llaman algunos, luna del lobo la llamaban los nativos americanos, y su nombre en hindú 'Paush Purnima'. Luna llena comúnmente conocida. En esta fase lunar, nuestro planeta se encuentra situado exactamente entre la luna y el sol, hoy, y cada fase similar, la luna ilumina hasta las noches más oscuras, hasta los rincones más inhóspitos.

Ciertas leyendas cuentan que, los lobos, tienen tendencia a aullar en cada plenilunio. A mí me han contado diversas historias, pero especialmente me encanta una, y he decidido publicarla hoy, luna llena.

Ahora, ¿porqué aúllan los lobos?

Cuenta la leyenda que, cierto día en que la luna brillaba fuerte e iluminaba todo a su alrededor, se acercó a la tierra y se enredó en los árboles. La luna sola, pedía ayuda, hasta que de repente, apareció una sombra con una silueta de un canino, de mayor tamaño y firme, era un lobo. El lobo, curioso y extrañado con la aparición de un nuevo individuo en su bosque, se quedaba fijamente mirándola, jugaba con ella y le hacía compañía, hasta que un día, la luna decidió marcharse pero antes de irse, le robó la sombra al lobo.

Cada luna llena, el animal, le aúlla pidiéndole que le devuelva su sombra, y así la luna nunca se siente sola.

Los lobos claramente, aúllan para comunicarse entre su manada, y aprovechan la luz que les da esta fase lunar para cazar. Pero no podemos olvidar la influencia que ha impartido la luna en nuestras vidas, desde tiempos inmemoriales.

El lobo aúlla a la luna, esperando respuesta alguna.



domingo, 13 de enero de 2013

Tú.

No hace falta que seas como los demás, no hace falta que seas perfecta, que te sientas menos que alguien, que te subestimes. No hace falta que te sientas débil, tampoco que te castigues o que sufras si has hecho algo mal, si has cometido un error o muchos. No hace falta que no te sientas preciosa, que no veas tu belleza. No hace falta que te sientas sola, que te encierres. No hace falta que tus lágrimas caigan, hasta que te quedes sin ellas. No hace falta desconfiar, no de los demás, sino de ti misma, sentirte insegura. No hace falta que sólo veas tus defectos y no veas más allá de ti o de las cosas que haces y puedes llegar a hacer. No hace falta que tú sonrisa se apague..

Tú no eres cómo los demás, al igual que los demás no son cómo tú,  eres única, distinta al resto, especial, a tu manera, tu propia personalidad, tu propio estilo. 
No eres menos que nadie, todo lo contrario, eres diferente a todos, y eso es demasiado. No eres débil, puedes tener tus debilidades, tus momentos tristes, melancólicos, sentimentales, pero eso no te hace ser alguien débil; eres fuerte. Si estás mal, sigues adelante, si alguien está mal, preocupado, triste, sacas parte de tu tiempo en intentar ayudarles, eres humana, y nadie puede con todo pero tú demuestras que podemos sacar fuerzas de dónde no las hay. 

Has cometido errores, puede que muchos, puede que pocos, no lo sé, pero todos lo hemos hecho más de una vez, sino seríamos máquinas, automáticos, perfectos, y nadie en este mundo lo es, no te encierres en ello y céntrate en que has conseguido superarlos, en que has aprendido de ellos y que no volverán a pasar. La perfección no existe, tan sólo es una utopía o incluso una pesadilla de todos nosotros. 

Eres hermosa digan lo que digan, no te creas habladurías o dudas ante tu belleza, tan sólo es envidia, tanto cómo el exterior, tus ojos, tu boca, tu pelo, tu piel; cómo por tu interior, tu personalidad que rompe los moldes de la sociedad, desafiante, lista, culta, sincera, honesta, sería, graciosa, atenta, discreta, tímida... 

No estás sola, todos los que estamos a tu alrededor te queremos por como eres, por lo que haces y como lo haces, a tu manera, simplemente tú. Tus lágrimas rozando tu piel es lo último que desearíamos ver, por cualquier motivo, aunque eres libre de hacerlo. Verte llorar podría destruir cualquier alma, entristecer hasta el mejor momento,  oscurecer hasta el más claro día, y envolver de frío hasta el más cálido. 

No desconfíes de ti misma, en cualquier circunstancia, a cualquier hora, hagas lo que hagas, siéntete segura, confía en ti, tú puedes, nada es imposible, y tú no eres menos para no conseguir lo que te propones. Marca tus metas, y cumplelas, siempre confiando en ti, cómo yo lo hago. 

Tus defectos y cualidades te definen, te hacen ser quién eres, única, distinta, especial.

Los días son tus páginas, los argumentos son cada pequeño detalle del estos, y tu personalidad tu firma. Escribe el libro de tu vida viviendolo al máximo, pero no dejes que la tristeza sea la portada, o envuelva cada página, cada día. 

-Sonríe y sigue adelante, que aún quedan páginas por escribir. 

jueves, 10 de enero de 2013

Emborracharme de ti.

Tú y yo, en una habitación los dos, rodeados y disfrutando del silencio. Mis manos rozando tus piernas, tus manos marcando mi espalda, poco a poco, ascender, hasta llegar hasta tu cara, acariciarla,  sentir tu suave piel, juguetear con tu cabello, tocar con mis pulgares tu bella boca, y poquito a poquito, acercarnos, comernos a besos. Despacio descender hasta tu cuello,  besarlo,  sentirlo, mi boca en él, tu boca besándome, haciéndome sentir en el mismísimo cielo, fundirnos en un abrazo, en incontables besos. 

Prenda por prenda, caricia tras caricia, caer en un espacio distorsionado, paralizar el tiempo, hacer del momento, una eternidad, hacer de cada instante, horas y horas de imborrables recuerdos, de fotogramas por segundo, guardadas en nosotros, en ti, en mí. 

Sentir el tacto de tu piel marcando paso, de tu cuerpo dejando huella en mí, acto seguido cada detalle, cada mínimo detalle, efímeros pero interminables, dejan firma en la habitación, dejan firma en nuestros cuerpos. Cada gota de sudor que cae lentamente, cada pestañeo, cada palabra, cada susurro, cada roce, cada tacto, tu respiración sobre mi piel, mis besos en la tuya, que nos envuelva la locura, darnos cobijo el uno al otro, calor en una noche fría, hacer de la  habitación, nuestro reino.

Unirnos siendo uno, lentamente, hacer que la lujuria nos libere, permitir que el amor nos guíe, viajar a un mundo en el que seamos los gobernantes, creando nuestras propias leyes, sin límites ni restricciones, haciendo lo imposible, alcanzando lo inalcanzable. 

Cómo beber del mejor whisky, catar el mejor vino, emborracharse de tus besos, perderse en tu mirada, encontrarnos en una misma cama, los dos, juntos, un amanecer, tú jugando en mí espalda, tú besándome suavemente, yo a tu lado, acariciando tu piel. 

Emborrachándome de ti.

domingo, 6 de enero de 2013

'Carta No.1'

Hola Sirena, mi preciosa Sirenita, ésta es mi primera carta, cumpliendo la promesa que hicimos en el muelle. Parece que ya ha pasado mucho tiempo, pero fue hoy, hace ya un momento y ya te echo de menos. Cuento cada hora, cada minuto, cada segundo sin ti, para cuando vuelva a verte, invertirlos todos en a tu lado, todos y cada uno de ellos sólo para ti. Bueno, que me desvío, hoy he conocido a toda la tripulación, la verdad, todos son unos tipos encantadores, sinceros, humildes y con un sentido del humor difícil, pero el capitán me comentó que cuando me acostumbre, me lo pasaré en grande. También me he dado cuenta de que aquí son una pequeña gran familia, cada uno colabora además de con su trabajo en la mar, con una labor en el navío, y te sientes bien, a gusto, no es como en casa, pero lo asemejan. Te cuento lo que hemos hecho hoy.

Empezando desde que zarpamos, todavía recuerdo tu vestido, tu precioso vestido rojo fresa, intenso y agradable para la vista, tu pies descalzos en la arena y tu perfume, un dulce olor suave, ligero para el olfato pero perfecto para el sentido. Recuerdo ese beso dulce y agradable, profundo y perfecto como tú los sabes dar, llenos de amor, y también recuerdo tu gesto de despedida, con tu delicada mano derecha despidiéndote, diciendo a voz bajita un 'adiós marinero, te quiero' y guiñandome un ojo, tus preciosos ojos color mar que me enamoran..
Luego, conocí a la tripulación, y me llevaron a mi camarote, una bonita habitación con una litera, una mesilla de noche, cómodas camas y una radio. Comparto habitación con el chef de la tripulación, se llama Jackson, y es un tipo agradable, tiene una esposa, Anne, y dos hijos Jack y Johnson, les he visto en fotos y son adorables. Tenemos una ventana en el camarote, ¿y qué vemos? Mar, todo mar, y cada segundo te recuerdo, siempre. Luego conocí al capitán, Adam, serio pero amigable, hombre de pocas palabras, pero las que utiliza son las adecuadas. Pasaron las horas y nos llamaron a comer, antes de eso el capitán se dirigió a nosotros de una manera breve pero especial, utilizando estas palabras:
'Mi tripulación, a partir de ahora, de este momento, formaremos una família una pequeña gran familia. Cada uno de vosotros tiene una labor aquí, cómo una família en tierra, así que os deseo suerte y espero que hagáis un trabajo estupendo, poco a poco nos iremos conociendo, pero por ahora sobran las palabras, Jackson ha preparado esta magnífica comida, no mal gastemos más tiempo. Bon apetit caballeros, y bienvenidos.'
Siendo sincero, esas palabras me llegaron, muy al fondo, cómo el ancla de un barco, similar.
Después de la comida, cada uno ejerció su trabajo y, por lo que vi hoy,  todos se lo toman en serio y eso me gusta, me siento bien aquí. Espero que tú estés bien por allí, que disfrutes con tus padres y tus amigos, y sonrías siempre princesa.

Ahora me voy a dormir, que hoy ha sido un día agotador pero fructífero, veo mi cama vacía, sola, fría y te necesito conmigo, a mi lado, juntos los dos. Me haces falta y sólo llevo un día sin ti, espero que duermas bien princesa, que descanses y tengas unas buenas noches.

Te echo de menos Sirena. Te quiero.


Martes, 07 de agosto, 1999.


Tu marinero.

¿Un adiós? Prefiero un hasta luego.

Recuerdo el primer día que hablamos, no la fecha concreta, pero si recuerdo que fue en inglés, me senté a tu lado y primero no hablábamos, pero pasados los minutos, nos reíamos de cada cosa, de cada estupidez, recuerdo bien ese día, y a partir de aquél entonces, me has caído fenomenal, tan bien en tan poco tiempo que ya te considero un hermano. Gracias por permitirme haberte conocido y poco a poco ir conociéndote mejor, sorprendiendo cada día y con esos días inigualables e inolvidables, junto a ti, tú que nos haces feliz. Recuerdo cuando cantabas a los cuatro vientos Bon Jovi, o decías, 'venga que pongo musicote' esas risas contigo, o cuando me llamas 'negro',  o dices 'pues te reviento'. 

Cuando estás por esas tierras irlandesas y te vuelves un Leprechaun, todos aquí contamoslos días para que vuelvas, esperamos verte un día aparecer en la puerta del instituto de sorpresa, y cuando estás aquí, ¿que más podemos pedir? 

Sé que las palabras no pueden expresar todo, pero es una forma de decirte lo mucho que significas para mí, y para todos. Gracias por todo Sebastián, muchísimas gracias, nunca me cansaré de dartelas, y espero verte muy pronto hermano, que aún nos quedan muchas cosas por hacer y muchos veintiunos que echar.

Esto no es una despedida permanente,  ni un 'Adiós', es un 'Hasta luego', un 'te veré pronto'.

Una vez más, gracias por todo hermano.
Un abrazo, Negro. Cuídate. 
Te quiero tío.

sábado, 5 de enero de 2013

Náufrago de tus lágrimas.

Un marinero, le prometió a su amada, antes de partir a navegar por aguas desconocidas, que le escribiría una carta por día, contándole lo sucedido en el transcurso de éste. El marinero no sabía con certeza la duración del viaje, pero le dijo que sería breve, y rápido para no dejar a su amada preocupada.

Cada día, cumpliendo su promesa, escribía sus cartas contándole qué había visto, qué había hecho, qué había comido, cómo había dormido, qué había soñado, y siempre le escribía un, 'te echo de menos sirena.' seguido de un 'te quiero.' finalizado con su firma y la fecha del día.

Ella, esperaba cada día en el muelle, a la hora exacta de la llegada de los navíos, por si algún día llegaba él, su marinero, su amor. La espera era larga, pero ella mantenía su particular sonrisa, confiando en que volvería.

Un día, el navío en el que había viajado su amado, llegó inesperadamente, ella estaba ahí, esperandole,  con los brazos abiertos, los ojos bañados en lágrimas y su sonrisa en la cara, su bella sonrisa aún permanecía. Cuando de repente, un compañero de su amado se acercó para hablar con ella; un triste momento de silencio bastó para que sus lágrimas cambiasen de ser esperanzadas a ser de tristeza, para que su mirada cambie a distinto parecer, su voz quebrada no podía dirigir una sola respuesta, ni la más mínima palabra, sólo silencio, y que su sonrisa, su bella sonrisa, desvaneció como por arte de magia, su tez se volvió pálida, sin la más mínima expresión. El compañero, después de haber hablado con ella, le dejó una sola carta de su amado. 

La mujer, destrozada, llegó a casa, y se tomó su tiempo para dedicárselo a la carta, se tomó su tiempo para parar de llorar, aún caían las lágrimas como el agua en una cascada, cómo las gotas de la lluvia. Abrió despacio la carta, y empezó a leerla, cómo encabezado ponía, 'Princesa, te pido como último favor que leas esta carta atentamente, que la leas en alto, cómo si yo estuviese a tu lado, siénteme, estoy ahí.' Una vez leído éste trozo de la carta, empezó a leerla despacio, en alto, con su voz quebrada.
' Hola sirena, mí Sirenita, espero que estés bien, quiero que sepas que he escrito todas las cartas como bien te prometí, quiero que sepas que no fallé a la promesa que hicimos ese día antes de zarpar en el muelle, quiero que sepas que siempre te tenía en mi memoria, al despertar, al dormir, soñando, navegando, siempre estabas tú como mi pensamiento primordial, cómo mi musa, mí sirena, mí salvación. Quiero que sepas también que, no estaré a tu lado, porque mis días están contados. Quiero que sepas que, no guardé las cartas porque no quiero que sufras por ellas, por cada recuerdo mío, cada palabra salida de mi boca, escrita en cada una de ellas. No quiero que por esta razón llores, estés triste, o cambies de ser, quiero que sigas nadando cómo esa sirena, cómo esa sirena de la que me enamoré, quiero evitar tus lágrimas, no quiero ser un náufrago de ellas, no quiero perderme en ellas, ni quiero que tú te pierdas en la tristeza, en la soledad. Quiero que sigas adelante, quiero que navegues el rumbo de la vida, tu vida. Quiero ser un recuerdo bonito, perderme en tus ojos, navegar tu piel, y descubrir esa sonrisa, tu maravillosa sonrisa. Quiero que continues con tu vida, feliz, hacia delante. Recuerda que siempre estaré a tu lado, puede que no me veas pero mientras nuestro amor siga latente, ahí estaré, siempre.

Amada mía, me dirijo a zarpar a un nuevo destino, espero verte alguna vez, no pronto, pero espero verte. Cómo yo cumplí mi promesa, tú cumple ésta: cada mañana, mírate al espejo, y sonríe, no llores, nunca más, sólo si es de alegría, y quiero que poquito a poquito seas feliz. Prometeme además que mantendrás esa bella sonrisa. Con todo esto, me despido amor, te echaré de menos, de aquí al mar, tu Marinero.  Te quiero mucho Sirena.'

La mujer, cambió de aspecto, su mirada retomó sentido, dejó de estar perdida, su piel cogió color, sus lágrimas cambiaron de parecer a ser de felicidad, y su sonrisa, su bella sonrisa, volvió a resurgir cómo un fénix; cómo un arcoiris después de una fuerte lluvia.

Cada día sonreía manteniendo su promesa, y cada día volvía al muelle y se sentaba cada hora, llena de esperanzas viendo como llegaban los demás barcos, esperando que algún día apareciese su marinero, gritando a los cuatro vientos, una vez más 'te quiero sirena.'

viernes, 4 de enero de 2013

Fiel admirador.

Dos dedos que paseen por tu cuerpo, como un par de pies que pasean por la arena, sientiendo su tacto, su temperatura. Mis manos explorando y acariciando tu suave cabello, mi boca descubriendo cada milímetro de tu piel, poquito a poquito comerte a besos. Uno por aquí, uno por allá, marcando tu cuerpo, y tu piel dejando marca en mi boca, tu cuerpo dejando marca y huella en mí. Acariciar tu boca, y susurrarte al oído cuánto te quiero. Tirarme una tarde, un día, una vida o cuánto dure a tu lado, porque lo que dure, será único e inigualable. Pegadita a mí, los dos, dándonos calor en noches frías, siendo almas libres, estando juntos, descubriendo poco a poco lo que la vida nos depara. Admirando tu mirada mientras me miras con tus bellos ojos, mientras te como beso a beso, mientras me abrazas y no me sueltas, mientras te protego como me proteges, mientras soy tu escudo y tu mi espada. Cogernos de la mano, y olvidarnos del resto, vivir en nuestro mundo viviendo lo nuestro. A tu lado, pegadito a ti.

Dibujarte sonrisas.

Sueño con tener el poder de sacarte una sonrisa cada día, hora, minuto, o segundo. Sueño con que seas la primera persona que vea al amanecer, junto a ti, sería todo distinto, más fácil. Sueño con verte cada uno de tus días con esa bella y perfecta sonrisa que me enamora cada vez que te veo, y que alegra a todo aquel que te rodea. Sueño con que si alguna vez estás triste, cogerte de la mano, mirarte fijamente, y hacer que saques esa curva de tu boca que tanto me vuelve loco. Sueño con limpiar tus lagrimas, y si así me lo permites, evitarlas, todas y cada una de ellas. Sueño con verte sonreir cada día que yo esté y que no esté presente. Sueño con tu sonrisa cada noche, y deseo verla cada mañana. Sueño con besarte y que poco a poco, salga esa pequeña sonrisa. Si, sueño con tu felicidad y alegría. Sueño contigo siendo feliz, de cualquier manera. Sueño mirandote, frente a frente, fijamente, y con mi mano, dibujarte una bella sonrisa, pero eres tú mi profesora en esa materia, eres tú quién me las dibuja, cada día y cada hora, cada minuto y cada segundo, eres tú la artista de mis sonrisas. Eres tú quién crea mi felicidad, y soy yo la víctima de tu maravillosa y única sonrisa. Dibujante de mi alegría, artista de mi vida. Eres tú.

jueves, 3 de enero de 2013

Quizás.


Quizás sea cuestión de suerte, o quizás el destino ya lo tenía marcado, quizás sea mejor un cambio, o tal vez muchos o pocos, o incluso ninguno. Quizás sea cuestión de tiempo, sea la espera larga o corta, nadie advirtió que ésta dolía, pero por ti, aguanto cuanto sea. Quizás sea ese motivo para despertarse cada día, con una sonrisa en la cara, o quizás el de dormir eternamente. Quizás sea el canto de los pájaros al unísono de tu voz, que hagan que mis oídos aclaren y afinen, o quizás sea un ruido abrumador que me deje sordo temporal o permanentemente. Quizás sea una sonrisa, una mirada, un gesto, un saludo, o incluso nada, lo que me hace reaccionar ante ti. Quizás sea sólo algo inevitable, o algo que tenga solución. Quizás juntos, o cada uno por su lado. Quizás seamos la persona, la primera persona que veamos cada día al despertar, o quizás sea otra. Quizás sea, una vez más, cuestión de tiempo, perseverancia, poco a poco, o sólo quedemos como amigos, o incluso conocidos. Quizás en días, semanas, meses, o años, nuestra historia sea igual, o quizás... cambie.
Quizás el significado de amor, no sea el correcto, o lo correcto, no sea el amor.